Hemos publicado una guía con el objetivo de orientar a las empresas en la identificación y posible reducción de la exposición de los trabajadores a este agente cancerígeno. Contiene recomendaciones e información, para el abordaje y el control del riesgo por exposición a la sílice cristalina respirable en los lugares de trabajo.
Está concebida, fundamentalmente, para ser aplicada en empresas de diferentes sectores en los que está presente la sílice cristalina, como es la industria del cemento, la construcción, el hormigón prefabricado, la cerámica, o la lana mineral, entre otros. Igualmente, es una herramienta eficaz para todas aquellas empresas que realizan tareas de minería, túneles, canteras, tallado y pulido de rocas silíceas, y trabajos en seco, de trituración y manipulación de minerales así como, también, entre otros, trabajos con chorro de arena esmeril.
La sílice es uno de los componentes más abundantes en el planeta, presente en su forma cristalina en piedras, rocas o arena. Cuando, por liberación durante los procesos, se presenta en polvo de sílice, puede convertirse en una sustancia altamente dañina para la salud. La inhalación de esas partículas suspendidas en el aire puede causar graves enfermedades como la silicosis, insuficiencia respiratoria crónica y cáncer de pulmón.
De fácil lectura y muy práctica la guía tiene por objetivo informar y ayudar a los empresarios a implantar las actuaciones derivadas de las exigencias legales en materia preventiva respecto a los riesgos del polvo respirable de la sílice cristalina, con el fin de lograr una protección de la salud de los trabajadores.Normativa que entró en vigor en diciembre del 2020, y que tras la transposición de una directiva europea, clasifica el polvo de la sílice cristalina como agente cancerígeno.
En este sentido, la guía incluye información relevante sobre cómo se genera el polvo de sílice, en qué actividades sectoriales es posible encontrarlo, la legislación existente al respecto, y qué pautas y medidas preventivas se pueden poner en práctica para eliminar o reducir el riesgo.
Todo ello, según señala el Responsable de Prevención de Unión de Mutuas, Emilio Gómez, “con el objetivo de ayudar a garantizar la mejor protección de la salud y la seguridad en los procesos que emiten sílice cristalina con la adopción de procedimientos y pautas de trabajo que aumenten la seguridad en el entorno laboral, la salud, el bienestar de las personas y que además evite accidentes y enfermedades profesionales”.
Medidas preventivas a aplicar por parte de la empresa
En cuanto a las medidas que recoge la guía referidas a la higiene industrial, la acción preventiva tiene que estar orientada a controlar el nivel de exposición a la sílice libre cristalina, mediante la elaboración de un mapa por puesto de trabajo que recoja mediciones periódicas para verificar los niveles de concentración del contaminante.
También, hay que garantizar una serie de medidas técnicas y organizativas, estableciendo un orden para su implantación que evite o reduzca el contacto del trabajador con el polvo de sílice. Entre ellas, destacan la sectorización y articulación de un sistema de control de accesos para limitar el número de trabajadores expuestos, la aplicación de procesos húmedos para evitar o reducir la formación del polvo de sílice, y la evacuación en origen de los agentes cancerígenos, mediante extracción localizada.
Entre las recomendaciones a los trabajadores destacan el uso correcto y adecuado de los equipos de protección, EPI y las mascarillas FFP3, acudir a los reconocimientos médicos obligatorios, respetar la señalización y delimitación de las áreas de las zonas de riesgo, participar en las acciones formativas y colaborar con el empresario para que este pueda garantizar unas condiciones de trabajo seguras y sin riesgos para la salud de los trabajadores.