Nuestra piel no está hecha para llevar una máscara, y menos en primavera por ser la estación del año en que las patologías de la piel, como acné o dermatitis, brotan o empeoran. A esto hay que añadir que al respirar con la mascarilla puesta se crea un exceso de humedad, que junto la saliva retenida, el sudor y la fricción aparecen nuevos problemas como irritaciones y rozaduras, incluso infecciones, en los puntos de la cara, nariz, mejillas y orejas, donde la mascarilla toca nuestra piel.
Además de las afecciones en la piel, el aire expirado, húmedo y caliente, que sale por la parte superior de la mascarilla, alcanza la superficie ocular, modifica su ph y produce sequedad ocular, picores, ardor, sensación de arenilla en el ojo e, incluso, aparición de orzuelos. Para prevenir y mitigar estos posibles trastornos y alteraciones en los ojos y la piel, hemos elaborado dos infografías, con consejos y recomendaciones.
Protección para tu piel
No hay que usar la misma mascarilla más de cuatro horas seguidas y, en caso de que está sucia o húmeda, hay desecharla y renovarla por una nueva. Conviene lavarse la cara con jabones apropiados antes y después de colocarse la mascarilla, hidratarse también la piel antes y después en los puntos de presión o roce, además de evitar el uso de maquillaje y de cremas oclusivas.
Es recomendable usar vaselina en las zonas donde se apoya la mascarilla, pómulos, puente de la nariz y orejas, para impedir o, en su caso, aliviar, posibles rozaduras. Es necesario acudir al médico especialista en caso de problemas fuertes, irritaciones, prurito o eccemas. Hay que tener cuidado con el uso de las cremas corticoides, y usarlas bajo prescripción médica.
Salud para tus ojos
Para prevenir problemas oculares, lo principal es ajustar al máximo la mascarilla que impida fugas de aire espirado, y evite la sequedad en los ojos. Conviene parpadear frecuentemente para humidificarlos y usar soluciones lágrimas artificiales, especialmente, cuando sepamos que vamos a hacer un uso prolongado de la mascarilla, como puede ser durante el horario laboral.
Es conveniente realizar una adecuada higiene de los parpados con los ojos cerrados y jabón de ph neutro, con una gasa y aclarando con agua, al menos una o dos veces al día. Si se trabaja con pantallas hay que realizar pausas regularmente cerrando los ojos por un breve periodo de tiempo que facilite la hidratación natural.